El deseo me inunda
asciende en súplica perentoria:
invade mi sexo humedecido
atrapa mis pezones
con dedos de fuego
¡deseo...!
debo saciarlo
y tú andas lejos...
Ohhhh, me consume,
mis dedos revolotean glotones
estremeciendo mi clítoris
que vibra y se agita
anhelando derramarse
¿y mis pezones?
no está tu lengua para calmar su ansia
ni tus dientes para mordisquear mi aureola.
Hummmm
me conformaré
¡qué remedio!
mis manos sucumben al ansia
y dejo que el fuego arda
que el líquido reviente...
es placer
sin ti.
«Intima»
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