14/5/12



Cuántas veces no pensé que eras tú, uno de mis sentidos.


Cuántas veces no sentí que eras tú, el que acariciaba mi cuerpo tíbio.


Tú, hombre prohibido....


Ese que me envolvió en su sonrisa y me hizo anhelar sus caricias, mi río de fantasías, brisa fresca de mil amaneceres sin prisa.


Hoy no estás, o, quizá nunca has estado en realidad.


La lluvia helada recorre mi piel, cala. Y yo aquí, callada, en donde todo ya es nada, tras la última sonrisa brindada.


Fui cómo ave de paso, la cual te ofreció una tierna mirada y una caricia para tu alma.


«Intima»

No hay comentarios: