En su mente solo un pensamiento
por fin llego el encuentro
con su amante cibernetico
conduce nerviosa bajo la noche
pensando en sus besos
en sus caricias de hombre
sus latidos se desbocan con el deseo
llega al hotel donde espera su amado
vuela hacia la habitación
llama sutilmente esperando contestación
y el abre la puerta con cara de excitado
se funden en un beso sin final
mientras sus cuerpos se acarician
lujuria en esa cama blanca
donde exploran sus cuerpos sin calma
en la ventana la luna sonríe traviesa
por ver los dos amantes prohibidos
amándose en una quimera
sus pechos son presa de sus labios
devora sus pezones sin descanso
ella gime entre sus brazos
el deseo se apodera de los amantes
cuando el penetra sus cavidades
explotan los dos en un orgasmo
que llena la habitacion de gemidos entrecortados
duermen sobre las sabanas de seda
y en la lejania alguien llora por ella
«Intima»
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