Poco a poco me deslizo sobre la cama, llego a tí, que no dejas de mirarme. Gateo con cara de perversión y deseo. Te tengo atrapado debajo de mí, mi cuerpo cubierto sólo por un camisón semitransparente, mi pelo cayendo sobre tu cara, tú rendido ante mi, nuestros ojos sin dejar de mirarse, diciendose todo eso que no dicen las palabras. Miro tu boca que parece que me llama a gritos, tú miras la mia y
sin más muy despacio, se acercan la una a la otra se rozán, siento la suavidad de tus labios sobre los mios, tu aliento junto al mio y el deseo pujando por salir entre mis piernas. Nuestros labios ya están pegados, unidos y nuestras lenguas empiezan a jugar un juego ancestral que aumenta aún más el deseo, me abrazas, me atraes hacía tí y tendida quedo sobre tí. Te abrazo, rozo mi sexo con el tuyo, y casi sin decir más, sacas tu sexo de su escondido refugio, me subes el camisón, apuntas y ¡uhmmm! el deseo se convierte en pasión. Eres mio, yo soy tuya, me atrapas con tu cuerpo y así nos quedamos. Unidos...
«Intima»
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