11/8/11

Deseos...


Entre todos los los pensamientos que daban vueltas en su cabeza, uno parecía el más importante de todos.
Se maldijo en voz baja al darse cuenta de que había estado y seguía estando bajo una tremenda presión e hizo lo único que podía hacer, abrazarlo.

Tal vez había algo en él que despertaba sus sentidos. Algo hacía que deseara tocarlo, estar más cerca. Cuando la tomó de la mano para llevarla hacia el dormitorio no protesto.

El deseo se convirtió en algo vivo. Volvió a la vida bajo sus caricias y mientras la desnudaba, ella le devolvió el gesto. Le desabrochó la camisa con dedos temblorosos y puso una mano en su cintura para acariciarle la piel. El deseo y las oleadas de placer que despertaba en ella.

¿Sería el sexo?

No, no sólo eso, tuvo que reconocer. Una sensación, cálida, agradable.
Era un sentimiento que quería estar con él. Por la que estaba inquieta, la razón por la que lo echaba de menos y la razón por la que sería insoportable si lo perdiera.

Sería amor.

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