Tus ganas se cruzaron con las mías, entre tiempos de gimnasio y horas de oficina; Cuartadas oportunas, sin compromisos ni reproches, no somos tu y yo solo miradas provocativas.
Adrenalina bendita que te excita por lo prohibido de tenerme desnuda, complaciente de tus placeres…!
Ardientes momentos donde te entregas y dejas que galope sintiéndome al borde de la locura, calmando así mis instintos de mujer apasionada.
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