Ya no desconosco tus besos,
ya no es ajeno a mi
el sabor de tu piel.
El ardor de tu abrazo
el fuego de tu mirar
el acariciar salvaje y tierno de tus manos.
Ya no eres extraño a mi cuerpo
aprendí a acoplarme a tus brazos
a interpretar tus silencios
a perderme lento por tus deseos
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